Historia de la guerra del Peloponeso Libros V-VI by Tucídides

Historia de la guerra del Peloponeso Libros V-VI by Tucídides

autor:Tucídides [Tucídides]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 0404-01-01T00:00:00+00:00


ALCIBÍADES EN ESPARTA

Discurso de Alcibíades ante la Asamblea de Esparta

«Es necesario que en primer lugar 89 os hable respecto a las imputaciones que se me hacen, a fin de que por prevención contra mí no prestéis menor atención a lo que es de interés común. Mientras que mis antepasados renunciaron 2 a vuestra proxenía a causa de alguna desavenencia, yo, con el propósito de restablecer estas relaciones nuestras, os he prestado personalmente algunos servicios, en particular con motivo del desgraciado asunto de Pilos. Sin embargo, a pesar de que yo perseveraba en mi buena voluntad, vosotros, en el momento de reconciliaros con Atenas, disteis poder a mis enemigos, al gestionar la paz por medio de ellos, mientras que a mí me cubristeis de deshonor. Por 3 esta razón os causé justamente algunos trastornos cuando me puse del lado de los mantineos y los argivos y en todos los demás casos en que me enfrenté a vosotros; y si en el momento de sufrir estos daños alguno se irritó sin razón contra mí, que examine ahora la cuestión a la luz de la verdad y cambie de parecer. Del mismo modo, si alguien tenía mala opinión de mí debido a mi mayor inclinación por la democracia, que no piense tampoco encontrar en ello un motivo de justa indignación. Porque nosotros[222] 4 siempre hemos sido contrarios a los tiranos[223] (y toda política que se opone al poder absoluto[224] recibe el calificativo de democrática), y ésta es la razón por la que ha permanecido ligado a nosotros el liderazgo del pueblo[225]. Además, al tener nuestra ciudad un régimen democrático, era necesario que en la mayoría de los casos nos adaptáramos a las 5 condiciones existentes. No obstante, en medio del desenfreno reinante[226] tratamos de tener un comportamiento político lo más moderado posible. Han sido otros quienes, tanto en el pasado como ahora, han conducido a la masa a actitudes más viles; y éstos son precisamente los que me 6 han desterrado. Nosotros, en cambio, hemos sido líderes del Estado en su totalidad[227], considerando que era deber de justicia contribuir al mantenimiento del sistema de gobierno con el que la ciudad alcanzaba el mayor grado de poderío y libertad y que constituía el legado de nuestros antepasados. Lo que era la democracia lo sabíamos perfectamente las gentes sensatas, y yo mismo podría vituperarla más que nadie por cuanto <me ha causado los perjuicios más grandes>[228]. Pero nada nuevo podría decirse sobre lo que es una locura reconocida; y cambiarla no nos parecía seguro cuando vosotros estabais a nuestras puertas como enemigos.

Ahí están las razones que han motivado las imputaciones 90 que se me hacen. Pero ahora escuchadme respecto al asunto sobre el que vosotros debéis deliberar y del que yo, si soy poseedor de mejor información, he de daros mi parecer. Zarpamos hacia Sicilia para someter en primer lugar, 2 si podíamos, a los siciliotas, y después de ellos, a su vez, a los italiotas, y para hacer a continuación una tentativa contra el Imperio Cartaginés y contra la propia Cartago.



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